Por las veredas del Alto
del Tambor de Tacuarí
van los libros del desquite,
el sifón y los mendigos.
Dice el mendigo al sifón
que quite de allí esas pajas;
el sifón no le responde:
sólo reclama silencio.
(Las veredas del juanete,
los juanetes de la vida,
las vidas del dromedario,
los dromedarios sin rumbo.)
El sifón y los mendigos
luchan contra la lechuga,
los altos de la enramada,
sifón, mendigo y canción.
"No somos nadie", se dicen,
"pero queremos ser otro;
quizá con la sinfonía
se arrepienta el dromedario."
(De todas las medidas, la más dulce
es la del tiempo: lucha de enemigos.)
18 julio 1997.-
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