jueves, 31 de diciembre de 2015

HAY UNA CANZONETA...

Hay una canzoneta 
que dice que la peste 
no viene sola: ayuda 
el morbo de los hombres. 

Tanto salterio, tanta letanía 
arruinan al humilde. 

Hay una canzoneta 
que dice que los hombres 
tienen mala costumbre: 
comen del pan de ayer. 

Tanto misterio, tanto protocolo 
arruinan al humilde. 

Hay una canzoneta 
que dice: el alimento, 
sea pan, sea vino, 
sólo en las horas tristes. 

Tanto desplante, tanta canzoneta 
arruinan al humilde. 

7 mayo 1997.- 

PREGUNTA Y PESADILLA

Dónde buscar tu frente luminosa, 
tus pómulos sin mancha, tu costado 
como viejo presagio de la luna, 
tu mano seca, tu mejilla clara; 
dónde seguir tu voz como reflejo, 
tu paso, tu arrogancia, tus marinas 
o ciervos de la noche, dónde tu arco, 
dónde tu raso, dónde tu semblante. 
(Y sigo en pesadilla, sigo en sombra, 
sigo perdiendo mi porción de duende, 
declina mi estatura, muere mi alma; 
y vago por pasillos sin cohortes, 
y me atormento en ansias sin destino, 
como sin hambre, miro por inercia.) 

6 mayo 1997.- 

SIMPATÍA EN EL MES DE MAYO

La dicha y la desdicha son hermanas 
que vienen cada tanto a visitarme, 
pero por turnos; una me sonríe, 
la otra me mira con mirada torva. 
Las dos se me presentan en ropaje 
y gesto desusados, y me pierden, 
una con la alegría del descuido, 
con altivez y menosprecio la otra. 
Yo me desvivo en darles la atención 
que se merecen, y compongo loas 
para las dos; pero es mi preferencia 
el dedicar poemas distanciados, 
ya jardinero en patio de cuchillos, 
a aquella que marcó mi desamor. 

5 mayo 1997.- 

ANÁLISIS Y APREMIO

(Preguntando a Quevedo.) 

No tengo tu colchón ni tu tibieza, 
no tengo el cuerpo ni la ropa tuyos. 
Cómo morar en un recuerdo torpe, 
recuerdo que se apaga en canaletas. 
Me faltan los acordes de tu sierpe, 
me falta incluso el beso de tu paso. 
Cómo mirar las manos en remojo (1) 
de ese retrato tuyo que es la luna. 
Sillbo sin dientes, como sin encías, 
el aire correrá dentro de poco 
por los pozos pulidos de mis órbitas; 
y mientras tanto se ausentó la dicha, 
funestas me transitan las semanas: 
me descompone el tiempo, y yo llorando. 

5 Mayo 1997, nochecita. 

(1) Pedido en préstamos a Ferrer.