jueves, 14 de abril de 2016

PEDIR EL DESAFUERO


--P. P., P. P., P. P. 
--C. C., C. C., C. C. 
"Cariños, Cacho", puse, y te miraba 
en la estación sin fueros de la muerte. 
Una oquedad marcaba, en el postigo, 
la desazón de invierno de mis manos. 
"Cariños, Cacho." ¿Qué rendida sierpe 
te confinó al umbral de la memoria 
y de la cárcel? Viejos atavíos 
te propusieron trampa, y lo lograron. 
¿Qué pediré a tu prometida, cuándo 
será el momento de gritar verdades, 
con quién regresará la primavera? 
Cariños, Cacho, te diré si encuentro 
modo y manera de llorar al claustro 
con llanto embravecido de ciruja. 

25 junio 1997.- 

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