lunes, 20 de julio de 2020

ROMANCE DEL REY ANUDADO


--¡La morisca, la morisca, 
la que cortó mis cordones! 
¿No la vides, fiel Mudarra? 
¡Malhaya mil maldiciones! 
--¿La cuál morisca, oh rey Nuño, 
la de treinta o la de doce? 
--La de treinta, el mi vasallo, 
la que viste pantalones. 
--¿Y en qué mal momento fue 
que te cortó los cordones? 
--Éramos de retozar 
entre los prados y flores; 
yo llevaba zapatillas, 
las rojas, las de la corte. 
Y me dormí, y ella quiso 
chancearse, y en mis cojones 
anudó, ¡maldita sea!, 
nudo de rojos cordones. 
--Aquesa morisca es Zaida, 
la mi amante, que engañóme, 
y vos también, mi señor. 
¡Mofa seré de canciones! 
Pero yo me vengaré. 
--Calma, Mudarra, que opones 
a mis reales derechos 
flor de vasallo sin dones. 
--Ya veremos, mi señor, 
si logro entrar en razones. 

3 setiembre 1997.- 

sábado, 18 de julio de 2020

APUNTE ENÉSIMO


Cuando callamos, más bien cuando dejamos pasar el precioso momento de la sinceridad, cuando se da lugar a la desidia de las conversaciones que repiten gestos, preguntas que no se renuevan, se aleja cada vez más la posibilidad del cambio, de la variación de luz, del más mínimo acercamiento a esa persona para la cual hemos muerto. Lo no dicho se agiganta en nosotros con la voracidad de un fantasma, por más que nos prometamos que la próxima vez no, que hablaremos o, mejor, intentaremos esa suave caricia que borraría muros. Y, así, caemos en el juego vano de las asechanzas sin destino, espejos en que se reflejan sólo nuestros temores y vacilaciones. Como la barca para la cual está vedado, y por siempre, el acceso a su puerto final. 

2 setiembre 1997.- 

jueves, 16 de julio de 2020

EL LENTO FUEGO DE LA SINCERIDAD


Luego de gran incordio, de promesas 
vagamente cumplidas, vasos rotos 
en la oquedad precisa de la noche, 
mazos y prendas, libros y medallas, 
recuperar la rosa. (El cigarrillo 
no pudo nunca dibujar la rosa, 
su labio confundió con avellanas 
la rosa.) Y comenzar por lo más simple, 
no rosa como símbolo del hambre, 
no rosa como símbolo. La ausencia, 
la dejadez, el morbo, la postura, 
decapitaron rosas. La mañana, 
luego de larga fiesta del exceso. 
(Aroma. Deshojar. Jarrón. Enhiesta.) 
Poema intento, apunte; no sabemos 
qué tiene el resplandor, la lejanía 
velos corrió sobre su faz, qué pausa 
de ingratitud. Error seguramente, 
quizá me olvide, viento de paredes, 
la grasa y la traición. Quizá no sepa. 

2 setiembre 1997.- 

miércoles, 15 de julio de 2020

COMO UNA PROPIEDAD


Casi con la ventana y el sudor de nadie, 
con hombros igualados, 
con la lasciva monserga de los loros, 
vendrá el estrépito, 
informe de madera, 
prontuario de la aldaba, 
cara sucia de los que no guardaron los sifones del tedio, 
precaria misa; 
vendrá el estrépito, de dos a doce, 
manos que me tomaron, que me dejaron en la otra ribera, 
no hay nadie de metal, todos son mustios, 
sonaja o alma. 
Y de a tres cuchillos, 
de a cuatro golpes, 
de a cuatrocientos veintitrés botines. 

30 agosto 1997.- 

lunes, 13 de julio de 2020

POEMA SIN NOMBRE


Callado en la penumbra, por recelo, 
o porque no hay que hablar, tanta desidia 
catequicé con versos, no hay distancia 
desde la cual mirar, no hay derrotero 
o todos son endebles, qué daría 
por una forma o huella de sabor, 
pan y pesares como enredadera 
que reuniera las cosas, como redes, 
rojo con rojo, verde con caricia, 
azul y la distancia, la ventana 
y la desolación, hay cuatro mundos, 
pero cada sifón me inmoviliza 
en el sonido incierto de la daga, 
no puedo disfrutar el entretiempo, 
no se resolverán los laberintos 
que separaron cosa de palabra 
y, así, cuando más quiero resarcir 
la pérdida de un labio por su nombre, 
se ahonda más el quiebre, se disipan 
cada vez más el rojo y el azul, 
y entonces sólo queda la constancia 
de elaborar la lógica del gris. 

18 agosto 1997.- 

domingo, 20 de mayo de 2018

VEREDA DE MORTAL


No vi tu fase, vi tu enredadera, 
porque la muerte quiere que te nombre, 
que siga tu figura sin diamante, 
tajo de sombra de la podredumbre. 
Camino por vereda de mortal, 
los arbolitos desaparecieron, 
o siguen, pero callan, son discordes 
del hoy imaginario, o no persigo. 
Las cuatro lumbres, la prosopopeya 
de ser y no saber, lo que calculo, 
la mancha de café, la mariposa 
que no confisco, liana de la sed 
que caza y que perora. No hay diamante 
porque la muerte quiere que te pierda. 

17 agosto 1997.-

lunes, 15 de mayo de 2017

FULGOR O LEJANÍA


Cuando la noche se nos vuelve mano, 
mano terrosa de juntar verdades, 
hundida mano en cuenco de retama, 
o mano como cierzo de extravío; 

cuando la madreselva nos invita 
a componer con libros una torre 
para dormir --y luego despertar 
en otra torre, de ceniza y agua--; 

cuando, a pesar de la torpeza, somos 
sudor en las baldosas, y plegamos 
nuestros cuerpos o sombra del cariño: 

entonces la mesada de la carne, 
entonces vino y se sumó al olvido, 
entonces sombra y mano y madreselva 
son nuestros rostros, somos su consigna. 

27 julio 1997.-