jueves, 14 de abril de 2016

SIFÓN O SU PENDORCHO


"Estaba Critilo mirando aquel mal paradero de todos. Al cabo de un día de siglos, vio asomar a Andrenio a la ventana de las flores en espinas. Asustóse mucho, temiendo su despeñadero. No le osaba llamar, por no descubrirse, pero ceñábale acordándole el desengaño. Cómo bajó y por dónde, adelante lo veremos." 
(B. G., "El Criticón") 
La sombra de los perros es la daga 
de los que buscan manos en la noche, 
habitación o fuelle para muertos, 
precioso remo de lascivas horas. 
No por callar la siembra desvanece 
la taza los dulzores de su muro: 
hay cerrazón y libros en el fuego, 
y sierpes y dedales en la mesa. 
Ramo de luz, el día no nos llama 
a desencadenar la podredumbre, 
ni tampoco nos pide que recemos; 
así que, por el bien de los que duermen, 
paguemos la bondad con celosías 
y las caricias con resoples de alce. 

19 junio 1997.- 

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