martes, 18 de agosto de 2015

LUCIDEZ A LAS OCHO DE LA NOCHE --OTOÑO--

Una pasión se acaba y otra nace, 
o es una sola, risa de la duda, 
y siempre la distancia, la sequía, 
raso y rastrojo, muérdago cansado. 
Una pasión se instala, la otra muere, 
siempre una sola, labio de la noche, 
pasión de la herejía, del secreto, 
de cinco dados --callan señalando--. 
Y vienen y me atacan, se santiguan 
y me abandonan, y los vasos crujen 
y dicen sus murmullos que me quieren, 
que quieren más, y el hábito precisa 
otro poema, y de este desamparo 
sólo logro agotarme de vigilia.

17 abril 1997.-

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