o es una sola, risa de la duda,
y siempre la distancia, la sequía,
raso y rastrojo, muérdago cansado.
Una pasión se instala, la otra muere,
siempre una sola, labio de la noche,
pasión de la herejía, del secreto,
de cinco dados --callan señalando--.
Y vienen y me atacan, se santiguan
y me abandonan, y los vasos crujen
y dicen sus murmullos que me quieren,
que quieren más, y el hábito precisa
otro poema, y de este desamparo
sólo logro agotarme de vigilia.
17 abril 1997.-
No hay comentarios.:
Publicar un comentario