jueves, 16 de julio de 2020

EL LENTO FUEGO DE LA SINCERIDAD


Luego de gran incordio, de promesas 
vagamente cumplidas, vasos rotos 
en la oquedad precisa de la noche, 
mazos y prendas, libros y medallas, 
recuperar la rosa. (El cigarrillo 
no pudo nunca dibujar la rosa, 
su labio confundió con avellanas 
la rosa.) Y comenzar por lo más simple, 
no rosa como símbolo del hambre, 
no rosa como símbolo. La ausencia, 
la dejadez, el morbo, la postura, 
decapitaron rosas. La mañana, 
luego de larga fiesta del exceso. 
(Aroma. Deshojar. Jarrón. Enhiesta.) 
Poema intento, apunte; no sabemos 
qué tiene el resplandor, la lejanía 
velos corrió sobre su faz, qué pausa 
de ingratitud. Error seguramente, 
quizá me olvide, viento de paredes, 
la grasa y la traición. Quizá no sepa. 

2 setiembre 1997.- 

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