Alguna vez, y muy pronto incluso, será descubierto el misterio de las pirámides. Ese día visitaré a mi suegra. ¡Salud!
(M. R. P.)
Gorda,
vientre sagrado,
emanación precisa de las algas,
medida firme, adusta,
elogio en tierra,
arrojo de la sombra callejera, canyengue,
gloria del orbe,
te conmemoro y mido con la cinta
tu estómago capaz,
logro de vos el número divino
y quiero la erección de una pirámide
que fije con memoria tu proporción sublime.
¡Magnífica, de pies incandescentes,
de rodillas macizas,
de gruesos labios!
6 Mayo 1997.-
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