jueves, 22 de octubre de 2015

MOJÓN QUINQUENAL

Vengo a la mesa de la charla en sombra, 
la charla del reloj del primer lustro, 
y me fatigo hablándole al espejo, 
y me muerdo las manos por costumbre. 
Sentado con la vos que no es de carne 
sino intangible, pido la ternura 
de una esperanza ciega, y recompongo 
mi voz y rostro contra la distancia. 
La taza se café se me presenta 
como tenida en brisa, y los criollitos 
se me desmayan intentando gracias; 
y la estación del alce se acentúa, 
y llueven monederos y bufandas, 
y me permito trompa de elefante. 

4 mayo 1997.- 

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