I
¿Muestrario de las formas conocidas,
Álvaro amigo, ves en mis poemas,
formas y formas que se desenvuelven
en obvios mecanismos, con sosiego?
Porque eso fue lo que dijiste anoche,
eso de que conjugo los sonidos
como al tun-tún, y que compongo el verso
con ley reiterativa, muy anciano.
Será una ley, pero es una ley honda
la de decir amada, rostro, labio,
la de volver a su canción, a su agua;
será reiteración, será insistencia
pero por hábito querido, como
el del cultivo de una rosa blanca.
II
(Y si todo es la música precisa
de su mirada, ramo para un sueño;
si todo tiene sombra de su rostro,
que encegueció mi paso y lo detuvo;
si su mano formó la dentellada
que nunca deja de segar mis ojos
y les presenta toda forma lisa
que, brisa o lejanía, la repite:
¿cómo querés, amigo, que renueve
mi verso, que hable, por ejemplo, de
la guerra, los abrazos, cualquier tema?
Si todo es una cifra silenciosa
de la canción que toca una guitarra
que nunca detendrá esa cantilena.)
25 abril 1997.-
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