sábado, 17 de octubre de 2015

MONEDA Y CONSECUENCIA

1. 

Tu mano, tu canción, tu despedida, 
el lazo sin retorno de tu siembra, 
tus almanaques, roncos de nostalgia, 
la recuperación de tus recelos; 
tu sombra lisa, tu semblante adusto, 
la siega de tus ojos, tus cigarros, 
el vuelo detenido de tu frente, 
tu soplo sin descanso, tus emblemas: 
todo regresa en las catorce líneas, 
en las catorce dentelladas tristes 
al pan de la memoria, a su silencio; 
todo regresa, como un espejismo, 
como una emanación de las arenas 
en que divago: fiebre del soneto. 

2. 

Y la marea mueve las orillas, 
el páramo despierta al desamor, 
las cuchilladas marcan el sendero, 
la brevedad del álamo me sesga; 
y la sonata pobre del destierro 
combina melodía y epitafio, 
como cristales caen las cortinas 
de la otra cantilena, de las horas. 
Y caen las cortinas, y los cuadros, 
y todo libro, y cada maderamen, 
y aquel paisaje, y esa lejanía, 
para dejar al mundo abandonado 
a la miseria fría y sin destino 
de ser un tema subjetivo y mustio.

21 de abril de 1997.-

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