ahí solita, sin que sus cultores
muevan un dedo por vencer la mufa
de la bombilla. Pava y poronguito
observan la caída de la tarde
con la sola defensa de los años
y meten mano al bolso de la duda
cuando inquieren qué fue de tus criollitos.
¡Tus criollitos...! Amigos de la cama
llena de migas, de comprar el diario
para leerlo varias veces --siempre
atentos a los chistes--, de las charlas
sin el perdón de Dios, de las caricias
hasta el desmayo, tiernas... ¡Tus criollitos...!
26 abril 1997.-
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