jueves, 14 de enero de 2016

CIGARRILLO CON ECO

De una etiqueta de manchado vino 
escojo el cigarrillo de la muerte 
para leer tu diario de desgracias 
y fumo con pesar tus horas desasidas. 

¿Qué te pasó? ¿Qué pudo recluirte 
en desventuras de cansado brillo? 
¿Cómo logró la angustia perfilarte 
un rostro endurecido, miradas de metal? 

No te fijás en el común pasado. 
Me conduelo de verte sin orillas. 
Porque, y distante, sé la calavera 
de tus días o dagas, de tu collar vencido. 

(Y es un recuerdo sólo. Un pensamiento. 
Una meditación de tu infortunio, 
que ni siquiera llegará a tus manos. 
Es sólo un buen deseo. Un voto de mejora.) 

19 mayo 1997.- 

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