cóncavo espejo de final tersura,
tu levedad o aliento,
tu imagen desafiada,
señales accesorias sin tu brillo.
Oscuridad o altura sin reflejos,
marmita y dentellada de la noche,
esperada yacija,
velamen de silencio,
capa ambarina que devora pronto.
Navaja repetida,
captura sin retorno,
la brevedad sesga al lozano, y sigue
la ruta de las manchas
de la vejez, y sigue el desarreglo.
Precaria vocación sin la promesa
del culto esperanzado,
invitación al duelo presentido,
rasguido inapelable
de la guitarra de las cinco cuerdas.
27/11/1996
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