que juegan al mutismo de pasiones
que allí se dieron: sus mesitas bajas,
sus carpetitas,
sus pisos, amarillos o alfombrados,
ocultan la frescura
de modos anteriores,
difíciles de ver o repetir.
Salitas viejas
de olor cansado,
cosidas por las olas
de polvo engatusado en las cortinas,
salitas de la taza
de té junto a la anciana
que muestra el álbum
de fotos que se siguen como campos:
su voz es una tumba
risueña o melancólica,
sus muros se abandonan al silencio.
25/11/1996
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