y repito las formas, y no sé describirme
--la descripción no ofrece camino ni consuelo--,
y vuelvo a mis afanes sin importarme el costo,
y abandono mi cuerpo, y abandono la vida,
y no encuentro la paz de una voz o una mano,
el gesto, la caricia que satisfagan mi hambre,
y me repito terco, y estallo o me contengo
indefinidamente, sin tapera o meandro,
furioso de mí mismo, desorbitado y mudo.
Facilidad del verso me aburre, desatino
de la velocidad de los días iguales
me obsede, pensamientos me atacan sin perdón,
fatiga del amigo practico, sequedad
de la dura palabra, seda sin firmamento
de la palabra suave me siguen, alimento
que no puedo tragar se acumula, vacío,
en mi estómago idiota, indiferente, vago.
Y hastío de mi rostro, y de mis manos torpes,
y torpeza sin meta, sin epílogo, estéril,
y desconsuelo siempre, martellato del triste,
estorbo de mi propio deseo inalcanzable.
10/12/1996
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