domingo, 26 de julio de 2015

HACHA DE DOBLE SIGNO

Tu rostro y tu disfraz, tu campanario 
y tu enajenación: camino siempre 
bajo ese vario signo, y la promesa 
de verte es más lejana que la daga. 
Miro mis pasos, veo mi derrumbe 
y me arrincono en la canción del este; 
si tu rostro me dice de la altura, 
de tu disfraz me ciega el espejismo. 
Y así me instalo en la jugada doble 
no de rememorar cruces y besos 
sino caricias y a la vez espantos: 
vahídos ciegos de los escondidos 
fantasmas del sopor, y el fiel desierto 
de la caída de tu velo azul. 

21/2/1997

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