jueves, 9 de julio de 2015

GRACIOSA REPRIMENDA A QUEVEDO

Ceniza herida, menoscabo austero, 
sonrío de tu amor y sus dolores, 
porque el amor se acaba con la muerte, 
y aun antes, y la dicha, y la memoria. 
Temores de la muerte son cuidados 
enojosos en tan principal hombre, 
y recelar del día y de los muros 
--¡no se derrumben!--, achaque de viejos. 
Seis tumbas hubo en tu cansado cuerpo 
que, no contento del borracho paso, 
tuvo en sí mismo su santuario propio; 
hombre de amor a España, no tuviste 
paciencia o risa de tus finitudes: 
alimentaron tu paz con tu hastío. 

1° de julio de 1996 

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